Tu columna vertebral está formada por muchos huesos alineados que se llaman vértebras. Entre cada una de tus vértebras hay unas almohadillas que amortiguan las fuerzas de compresión (como la gravedad) y que permiten a la vez el movimiento de la columna. Estos son los discos intervertebrales.
Cada disco está compuestos de dos partes: un núcleo pulposo que es la parte central y un anillo fibroso que es la parte más externa que rodea y protege al núcleo. El núcleo es más gelatinoso y elástico, mientras que el anillo es más duro, como un neumático de coche.
Cuando el anillo fibroso se degenera y no es capaz de contener al núcleo pulposo, éste sobresale y puede llegar a moverse fuera de su posición. Esto es lo que se conoce como una hernia discal.
¿POR QUÉ OCURRE ESTE PROCESO DE DEGENERACIÓN?
Lo que consideramos como «patología» discal en realidad forma parte del proceso natural de envejecimiento del ser humano. Con los discos pasa como con las pastillas del coche: con el tiempo se degeneran, ya sea por la edad, por un sobreuso, por un uso inadecuado o en este caso además por la ingesta de determinadas sustancias tóxicas como el tabaco.
Los discos están formados en su mayoría por agua y de hecho tienen una gran capacidad de atraer agua. Cuando empieza a degenerarse, el disco pierde su capacidad de atraer agua y se deshidrata. Un disco deshidratado pierde su elasticidad y su capacidad de almacenar energía y distribuir uniformemente la carga (deja de funcionar bien). Por tanto, un disco deshidratado es un disco vulnerable a sufrir una hernia.
Una vez se producen, las hernias discales no son siempre iguales, sino que evolucionan.
Cuando una parte del anillo fibroso empieza a debilitarse, puede producirse una protrusión del núcleo pulposo hacia esa parte, lo que provoca un abombamiento del disco.
Si el anillo fibroso se rompe por una parte, el núcleo pulposo sufre un prolapso, pero el ligamento longitudinal lo mantiene en su sitio. La extrusión del núcleo pulposo ocurre cuando éste sale fuera, tanto del anillo fibroso como del ligamento longitudinal.
Por último, el segmento extruido puede llegar a romperse y separarse por completo. Eso se conoce como un secuestro del núcleo.
¿ME TENGO QUE OPERAR?
En algunos casos, las hernias discales pueden llegar a comprimir la salida de los nervios e irritarlos. En la zona lumbar, esto podría provocar episodios de ciática, cruralgia u otras patologías, desencadenando dolores irradiados y alteraciones de la sensibilidad en las piernas o en la zona perineal.
¡IMPORTANTE! Debes consultar urgentemente a tu médico si tu hernia provoca una pérdida aguda o progresiva de la fuerza en tus piernas o una clínica que sugiere lesión medular como puede ser la alteración de esfínteres o la anestesia en la zona perineal.
Si este no es tu caso, pero aun así llevas mucho tiempo con dolor, de lo primero que debo informarte es que operar no es algo mágico. Muchos de mis pacientes piensan que someterse a una cirugía es la única solución para dejar de tener dolor, pero eso no es del todo cierto. Operarse no es la única solución, solo es la solución más rápida.
En este estudio llevado a cabo con 283 pacientes con ciática severa, las tasas de dolor percibido y recuperación percibida mejoraron más rápidamente en aquellas personas que se operaron que en las que no. Sin embargo, al cabo de un año, tanto las personas que se operaron como aquellas que siguieron un tratamiento conservador mostraron exactamente los mismos resultados.
La cirugía alivia más rápido los síntomas de la ciática, pero el tratamiento de fisioterapia muestra los mismos resultados que la cirugía a largo plazo en cuanto a dolor y recuperación. Dicho de otra forma, un tratamiento conservador de fisioterapia es igual de efectivo a largo plazo que la cirugía. Además, después de una cirugía, es también necesario llevar a cabo un programa de reeducación.
Pero entonces, aunque en unos meses me duela menos, ¿si no me opero la hernia va a seguir ahí y podría volver a pasarme?
Este estudio fue de los primeros en mostrar que existe una regresión espontánea del tejido herniado, que puede resolverse completamente con el tratamiento conservador. Es decir, las hernias de disco lumbar, de la misma forma que evolucionan desfavorablemente cuando se mantienen unos hábitos de vida inadecuados, evolucionan favorablemente con un tratamiento conservador adecuado, llegando a reabsorberse completamente. Además, cuanto mayor es la «gravedad» de la hernia, mayor es la probabilidad de regresión y reabsorción espontánea de la misma.
Según este metaanálisis en el que se incluyeron 31 estudios con 2233 pacientes de distintos países que presentaban hernias discales lumbares y que recibieron un tratamiento conservador de fisioterapia, el 70% de las hernias de disco lumbar se reabsorben espontáneamente dentro de los 6 meses posteriores al tratamiento conservador. La incidencia de reabsorción del disco fue de entre un 70,39 y 87,77% en los discos secuestrados, de un 66,91% en los casos de extrusiones y de un 37,53 en protrusiones.
En esta imagen puedes ver un caso de (A) una resonancia magnética inicial, que muestra una gran área de extrusión discal en el espacio L4/5 y (B) otra resonancia tomada 2 años después de la inicial, que muestra una regresión espontánea de la hernia de disco lumbar.
Con un tratamiento conservador adecuado, las hernias discales evolucionan favorablemente y se reabsorben.
¿TENGO QUE TOMAR ANTI-INFLAMATORIOS?
Cuando se produce una hernia discal, la protrusión del núcleo pulposo a través del anillo fibroso provoca la liberación de sustancias proinflamatorias. Estas sustancias activan un proceso de inflamación clave para la cicatrización y curación natural del tejido, que conducen finalmente a la reabsorción de de la hernia. Sin embargo, casi a diario me encuentro a pacientes que toman medicamentos antiinflamatorios para tratar un problema de hernia discal. Sin saberlo, están impidiendo o retardando su recuperación.
Debemos acabar con el mito de la inflamación, la falsa creencia de que la inflamación es mala y debemos luchar contra ella. La inflamación duele, sí, pero favorece el proceso de cicatrización natural. La curación puede ser más rápida si se evitan tomar medicamentos que luchan contra la inflamación.
De hecho, en este estudio se evaluó durante un año la evolución de 90 pacientes con una hernia discal lumbar aguda sometidos a un tratamiento que preservaba la inflamación (es decir, sin AINES ni esteroides) en lugar de luchar contra ella como se ha venido haciendo tradicionalmente hasta ahora. Solo el 20% de los pacientes mejoraron a los 3 meses. El 100% de todos ellos tuvieron una reabsorción de su hernia en el plazo de un año (4,4 meses de media). En el 100% de casos se evitó la cirugía. Voilà la importancia de no abandonar el tratamiento conservador y operarse por no ver resultados a los pocos meses. Y voilà la importancia de no luchar contra el mecanismo fisiológico y natural que tiene el cuerpo humano para curar.
Este es el primer estudio que señala que el tratamiento que preserva la inflamación, sin medicamentos antiinflamatorios y esteroides convencionales, es seguro y eficaz para pacientes con hernia de disco lumbar aguda. La tasa de resorción del disco (100%) fue mayor que los hallazgos comparativos de otros metaanálisis recientes (66,7%) y ningún paciente se sometió a cirugía.